El comienzo del fin


Es un humilde homenaje, estaba en medio de una historia y la noticia me paso por arriba. De esta mutación salió el micro que les dejo a continuación:

Mi nombre es Martin, sin acento, no nací en este planeta solo estoy de paso, vengo en una misión a la Tierra, pertenezco a una Organización sin fines de lucro del Universo. Por culpa de un agujero negro nos retrasamos cincuenta años y llegamos tarde, si hubiéramos aterrizado según lo previsto por nuestros superiores, el planeta tendría posibilidades de sobrevivir, ya no tiene solución, esta semana se firmó la sentencia.

Desde el otro lado de la Galaxia me pidieron una lista con cuarenta y ocho especímenes de la raza superior, en este caso los humanos. Como suele ocurrir en estos temas, se les otorga una segunda oportunidad en nuevo planeta deshabitado que nació hace unos pocos miles de años, aunque estarán bajo vigilancia del Conglomerado espacial, o se pensaban que le íbamos a dar otro lugar para que lo destruyan.

Solía ser una tarea fácil, pero en la tierra fue ardua. Las demás especies coterráneas están embarcadas en un carguero trasngaláctico camino a su nuevo hábitat, a todas las que pudimos salvar de las armas de destrucción masiva: ustedes, los seres humanos.

Desde que arribamos hace unos diez años, recorrimos hasta la última aldea de este planeta en busca de colmar el pasaje de la nave, junto a Lila creamos esta lista con mucho esfuerzo y dedicación, en ella apuntamos a las personas capaces de hacer cambiar de idea a los jurados del tribunal galáctico, quienes los supervisaran en su nuevo hogar.

Cada semana tuve que abducir a un terrestre y enviarlo a migración, puro trámite burocrático, para entregarle un pasaje al nuevo mundo. Hoy cierro el circulo con el ultimo billete disponible.

El expediente cuarenta y ocho es el de Leonard Cohen, por ahí lo conoces, tuvimos varias reuniones y al final terminó aceptando, como en cada caso, una vez llegado a un acuerdo con la persona en cuestión, preparamos la operación salida, cuando se trata de una persona pública debimos aparentar su muerte y el operativo fue más importante.

A Leonardo fue al único que lo dejamos despedirse de sus seres queridos, más aun, le dimos todo el tiempo que necesitaba, desde que le conocimos caímos encantados ante su característico susurro poético, no podíamos negarle nada a este señor y a partir de ahora será el portavoz de su raza.

Un poco triste los dejo, me voy con el poeta cantor a navegar por las estrellas, mientras les dejo al mando a un tal Trump, para que vean hacia dónde van los tiros. El viaje es largo y prometo seguir con esta historia que los involucra.

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