Pocas palabras
Tomo un café para sostener a este cuerpo inerte, desvelado
por un cóctel de pesadillas y pensamientos oscuros, sigo sin encontrarle argumento
a la vida. Encarcelado dentro de reglas y no rejas, hace rato que el mundo gira
al revés.
La razón programada me tortura cada noche logrando su
cometido y convertirme en un hombre sin cara. No vivo en negro, vivo sofocado
bajo el infierno actual, derretido en cuerpo y alma.
Sometido a esta asfixiante realidad, camino hacia la nada
sin sentir curiosidad ni lamento, solo un vacío ensordecedor. El desaliento se
reproduce en un bucle infinito generando ondas negativas que se traslucen en
estas pocas palabras.
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