El hombre Guanaco
En una calle más de una ciudad cualquiera, un hombre se aprestaba a cruzar por una fila de lineas blancas rectangulares, un paso de peatones, la prioridad para cruzar era suya y como siempre actuaba de forma precavida mirando el accionar de los vehículos para no correr ningún tipo de riesgo, a su izquierda vio acercarse a poca velocidad un auto blanco conducido por una mujer, creyó que estaba frenando para dejarle pasar pero cuando fijo la vista en la conductora, esta miraba hacia otro lado y no aminoro la marcha, él soltó unos improperios callejeros para desahogarse, la mujer ni se dio por enterada, por un buen rato se quedo pensando en el mundo salvaje que vivimos. Cada día tenía que enfrentarse a este clase de conductores que con sus malas maneras a la hora de conducir estaban contaminando a los demás automovilistas, a los que si respetaban básicamente al prójimo obedeciendo las señales de tránsito. Se dio cuenta de que con el insulto no llegaba a nada, que podría hacer para que